lunes, 28 de enero de 2008

Cae la noche

Quedate conmigo
ya cae la noche...


déjame abrazarte fuerte
y respirarte profundo,
porque tengo miedo
y sólo el calor de tu cuerpo
aleja y disipa
esa angustia que me congela el alma.

Quédate conmigo
ya cae la noche...

y en el oceánico corazón
de mi tempestuosa esencia
sé perfectamente
que la vida no tiene valor
ni sentido verdadero
más allá de tu boca
o del alcance de tu mirada...

viernes, 11 de enero de 2008

Quizás

Me alejo de ti,
amada de siempre
en un doloroso esfuerzo de pasos
navegando en un rumbo ajeno a tus flores,
a tu ciudadela,
a tu abrazo de párpados

envuelto por una tristeza
moribunda y asesina...

Sin embargo,
escucha princesa del día
mi deseo de viento obstinado:


...tú bien sabes como es todo esto,
el gran Quizás agita su abanico
dictando su estatuto al mundo
en un afán de coincidencias fortuitas.
Un rostro extraño de posibilidad
le da luz a un nuevo día
esparciendo como claridad el azar
en los decisivos segundos de la vida.
...Entonces,
después de la noche lúgubre
en la que la distancia y el abandono
fueron tu único argumento.
Entonces,
el gran Quizás,
intranquilo,
baraje su naipe de copas y corazones
y nos haga su escala
realmente amada.

Quizás la aurora nos sorprenda juntos
con su abrazo de iluminado rocío.
Quizás la noche nos abrigue juntos,

con su cenicienta complicidad.

Tú madura de vidas y más vidas
yo extendido en lo versos
que sostienen mi velero anclado.

Entonces por fin
conjugaremos el Verbo,
el imprescindible
pan nuestro
de cada día.

Entonces por fin
diremos sí,
he aquí el Amor
para el que hemos nacido,
he aquí el Amor
por el que nos hemos unido...

El olvido

Mirada de ágata.
Risa de turquesa.
Tu boca es de tumba y de sombra,
y tu distancia es el eclipse que ahoga
las campanas que dicen:
“para siempre, para siempre,

para siempre”
con cada quejido.

Hoy mi verso te busca
y tironea desde lejos
tu espalda cubierta
por la escarcha de olvido
y mis palabras se despeñan
en el acantilado
de un: ... ¡no me dejes!
que sangra hasta morir de frío.

Te miro y no te veo.
Hoy un ángel
del paraíso se ha perdido.

Hoy como siempre te busco,
pero esta vez
tu indiferencia
me ha dejado
mortalmente herido...

Máscaras

Hoy me proyecto como sombra
en las escaladas grietas
de mi existencia diseminada,
embriagado de máscaras
me presento
en la escena del mundo:
y en qué estación te recojo
o a qué árbol te maduras?

Mis guantes rosados y endurecidos
Lloran tu ausencia presente
de noches y estrellas en abanico:
y qué bofetada
dejó abierta para siempre
tu herida como lluvia de huracanes?

Con qué verso enigmático
tocaré tu alma desatada
por las olas del olvido?

De piedra son tus ojos
cuando anidan en la ira
y reflejan en lo que miran
el abandono a quemarropa.

El amor, el amor,
el amor...
conjugaste acaso
alguna vez su delirio?

Así te quiero

Te quiero tosca e indómita
como copihues y banderas
como aguaceros y sequías
en medio de la vorágine
iniciando la rebeldía.

Te quiero perfumada de vida
paciente y oleada
con guantes blancos
que desde las rocas saluden
y no ausente
como un cartero
con su duro olvido de sobres.

Te quiero intacta de sueños
reales como tus desvelos.
Te quiero aterronada,
compacta como una hoja,
majestuosa como un Magnolio.

Te quiero empinada
como la claridad que estalla
en la cima de la cordillera
cuando el día recién bosteza.

Te quiero dócil como la greda
con su presencia
húmeda de bosques
y la figura que se intuye
entre las manos floreciendo.

Te quiero risueña
como una cascada
y cristalina como sus piedras,
aún en su actitud verdosa
de musgüita caricia.

Te quiero abierta
como un cielo nortino,
transparente como sus noches
que develan ocultas ciudades
en los confines invisibles
de la atmósfera constelada.

Te quiero lluviosa
como la cola austral
de mi abandonada tierra
con sus sílabas entrecortadas,
de encumbrados palafitos.

Siempre colmada
de redes y braseros,
respirando como locomotoras.

Te quiero simple
como una gota de rocío
con sus ojos de espejo y magia.
Despierta
como el calor de una madre
escondido entre el tejido y la cazuela.
Silenciosa
como la compañera del campesino
prendida a la ubre lechosa del primer sol,
con un oído en el gallinero,
diseminando su amasado pan
por su amasada vida

...Todo madura en tus manos
callada y tiernamente,
como las paltas con su enagua verde
y vestido de diarios.
Eres como el lugar oculto
donde el invierno guarda sus regalos.

Como esa isla misteriosa
donde miran atónitas las piedras
el horizonte que se a vecina
en el viento oleado.

¡No hay razones para no quererte
e interminables sentimien
para nunca,
nunca dejar de hacerlo!

Causas y azares

...definitivamente
las fuerzas del amor
cruzan el tiempo
y las circunstancias
en un eterno dictamen
de causas y azares,
ya sea su paso el de un ciclón
o el de una fresca
brisa marina,
pero siempre
dejará una huella
en nuestro quijotesco
corazón encantado
y todos lo sabemos...

jueves, 10 de enero de 2008

Te quiero

Te quiero con la necesidad de pedirte todo
y saber que no puedo exigirte nada.

Te quiero al comienzo de cada día
con la ilusión de empezar a quererte mañana.

Te quiero sin saber cuánto
porque cada día surge algo nuevo
que supera la medida

de mi anterior cariño.

Te quiero desde donde nace el cariño
justo en la esencia infinita
donde resplandece todo lo querido.

Te quiero tanto,
tanto, tanto,
que apenas me cabe en el corazón
tanto cariño.

La partida

Te irás y no sé cómo decirlo…

un vendaval de imágenes
sacudirán mi corazón roto,
una agónica negativa
mordida por el silencio herido,
una culpabilidad a mansalva
desgarrando mi alma
y arrojándome al vacío
de la soledad que es tormenta
y calvario sostenido.

Te irás y no sé cómo decirlo…

maldeciré el día y la hora
en que puse a prueba
la anchura de tu amor enamorado
y golpearé mi ser

una y mil veces
contra el muro
del abandono y la ceguera.

Lloraré, lo sé

y será tarde…

y a lo lejos se oirá

la lluvia cayendo triste
sobre el piano
que ahoga

los puentes de Madison...

Quisiera

Quisiera estar en la cabellera cristalina
que te abraza siempre
o en la sonrisa virgen
que inunda tu boca y la desborda.
Quisiera esconderme
en las manos transparentes del viento
para jugar con tu pelo y tu ropa.
Quisiera escabullirme
en los sonidos encendidos del sol
y tocarte hecho luz
siempre, siempre, siempre.

¡Oh mujer nueva
de la tierra silvestre
no hay campo baldío contigo!
Eres el cielo enarbolado
en el vuelo de una mariposa.
Eres como el júbilo
de las hojas otoñales
que movidas por la pasión del viento
estallan desordenadamente
en la calle en que nos conocimos.

Quisiera gritar : ¡te amo!
y ahogarme con el sonido

oceánico de tu nombre
en mis labios extendido.

Tu reino

Como en la noche azul
tu vida se acurrucó en mí,
cual lucero se duerme
en la falda del día
y tu mirada de rayo verde
se clavó sobre mis campos
florecidos de tanto esperarte.

Pusiste agua a mis grietas
mariposa estrellada,
viento a mis alas,
silencio de otoño.
Flores a mi huella,
invierno cristalino
a la noche de mi alma.

¡ No conozco más allá de tus ojos
no veo más allá de tus carnes !

Me embarqué en tus aguas
y me hice al naufragio de tu deseo.

Partí en mi bote pequeño
al horizonte de tu cintura,
a la marea de tus besos,
al archipiélago de tus arrebatos.


A buscarte:
tan solo y tan callado.
A encontrarte,
en un reino:
tan lleno y tan tuyo.

La espera

Esperarte es una hora sombría,
pálida y triste
como el beso que no te di,
porque el apuro o la ira
nublaron mi despedida.

Esperarte
es una herida que no cicatriza
que se abre y se cierra
sobre el río de mis ojos
y la desesperación de mis manos.

Esperarte sin saber ni cómo
ni cuándo,
es esperar en la sombra
del olvido que florece
en el jardín abierto
a todo lo querido.

Esperarte es morir de a poco

inundado sin piedad
por los raudales del delirio.

miércoles, 9 de enero de 2008

La poesía de tu ser

Quise ser el poeta
eterno y huracanado
que con poéticos sortilegios
hiciera saltar de tus labios
una palabra fabulosa,
una palabra nueva
que sonara como campana
sobre todo lo que escribo
...y sin embargo,
soy apenas
el resplandor vibrante
de una metáfora entumecida
que al lado de tu amor
se esfuerza en vano
sin poder hacer un verso
que manifieste realmente
lo que para mi has sido.

Quise ser

el poeta triunfante,
pero ya ves,

amor,
la poesía de tu ser
me ha vencido.

La noche sin ti

La noche me huele a precipicio
a caer despacio
a dormir en el olvido.
Llena la luna
se enciende de silencio
y arrancado de tus brazos
me desangro sin tu cariño

A dónde me llevan los carros
de la noche que respiro
si tu mirada se me pierde
si tú no estás conmigo?

Impensado amor nos arrastra
a la orilla del suspiro
amor que quiere ser eterno
y se muere en el olvido.

Desde tus ojos constelares
contemplo la noche
que se marcha
en la espalda
del silencio entumecido
y espero absorto y suplicante
que vuelvan a mis labios
tus besos extendidos.

Imposible posibilidad

Se me antoja a veces
no llamarte por tu nombre
ni traerte a mi mente
envuelta de recuerdos fugaces,
que me clavan sus puñales
de distancia y olvido.

Se me antoja a veces
no recordarte tan seguido,
porque te vas cuando quieres
y regresas cuando te dan ganas
amparada por tu cetro
de abeja reina.

Se me antoja a veces
odiarte con toda mi alma
y arrancarme tus besos
con arañazos de rabia infinita,
para que tu boca
no me siga reclamando
los besos que le pertenecen.

Se me antoja a veces
no volver a escribirte un poema
empacar mis versos
y mis metáforas
para largarme lejos,
lejos de tu mirada
apasionadamente furtiva,
donde no puedas tocarme
aunque me mires desde lejos.

Se me antoja a veces
no desearte con todo mi ser
para no sentir la sed
que sienten mis manos y mi piel
cuando llevan tiempo sin inundarte,
sin desordenar tu aliento
ni agitar tu boca desesperada.

Se me antoja a veces
creer que es posible
la imposible posibilidad
de olvidarte...

viernes, 4 de enero de 2008

Arráncame la vida

Cómo arrancarle un pedazo de dicha
a cada noche sin ti a mi lado?
Cómo no traerte a mi pensamiento
cuando late rebelde tu mirada
en mi corazón furtivo?

Cómo adivinar que te embriaga
el mismo vino dulce
del cariño que respiro
y que no soy sólo un loco
dando saltos hacia el vacío?

Cómo, oh dulce mariposa mía,
cómo me arrancas la vida
sin detener nunca
el torrencial fuego
de tus besos en delirio?

Que alguien le diga

Cómo explicarle a la Belleza
que su cristalino
y refulgente nombre
lo tiene gracias a ti
y a tu existencia?
Cómo explicarle
a esta mujer idolatrada
que más que una apariencia
lo bello es una manera
de ser y de sentirse
así como tú,
simplemente como tú...

jueves, 3 de enero de 2008

Qué no daría?

Qué no daría mi boca
por no apartarse nunca de la tuya
por permanecer abrazada a tu beso
como los astros a la noche abierta
cuando el silencio lo inunda todo...

qué no daría?

Qué no daría mi mano
por permanecer entrelazada a la tuya,
por recorrer los caminos del aire
que rodean tu cuerpo de amapola
estableciendo en él su morada
y fundar una ciudad de caricias

en cada palmo de tu delirante
y arrebatadora geografía...

qué no daría?

Que no daría mi cuerpo

por anclarse eternamente al tuyo
como un barco que no necesita
zarpar a otros puertos
buscando otros tesoros
que no sean los que permanecen

e inundan tus frágiles rincones.
Parajes donde el origen tiene su origen
y donde la vida se llena de vida...

qué no daría?

Qué no darían mis ojos
por no ver más que los tuyos
y por hundirse en ellos
como un velero entregado a las aguas
de turquesa transparencia,
muriéndose y renaciendo a la vez
como la frase que despierta en tu boca
y termina bailando en mi poema...

qué no daría?

El mar de los recuerdos

...Y sin saber cuándo
ni poder intuir cómo

el recuerdo de tus besos en oleaje
empiezan a golpear
la persistencia de mi boca
que atardece con tu nombre
en el horizonte de mi amor
cobijado apenas con la melancolía

de la distancia que es abandono.

Sin la menor claridad
y en la más absoluta imprecisión,
el verde azulado de tus aguas
empaña el cristal de mis ojos
desatando la ola
que se ahoga de palabras
mientras tú me lanzas un te amo
en medio la bruma agitada
del amor a mansalva
que se inclina y apasiona
cuando tu mirada lo empuja
en el mar de tus recuerdos.

Canto de agua esencial

Los hilos del tiempo
no tienen firmeza
y ,sin embargo,
mirándote el pelo
todas la esperanzas resplandecen.
El futuro débil rama parece
que amenaza quebrarse con los días,
pero entonces,
sintiéndote la mirada
dulce e infinita
las espinas se fatigan y enmudecen.

Tu vientre sostiene al mundo las ansias.
Los seres sin tu leche
inconsistentes imágenes son:
pasos ciegos
esfuerzos tartamudos.

Naturaleza sexual del barro forjada
polen vital de la existencia toda
curvatura precisa para los fértiles
recodos.
Amapola infinita de rocío
ancha mejilla de greda
puerto necesario.
Gemelas copas
que dan vida a la vida.
Abultada tierra
que pare primaveras.
Transparente secreto
que das origen y entrega.

El cielo,
los sistemas,
Dios,
lo desconocido,
todo:
por no poder la mente habitar
poblarte el cuerpo sólo pudo
morada predilecta
donde el origen tiene su origen!

Tango al corcho

No permaneces tranquilo,
más bien,
disperso en el tiempo
permaneces.
Y es tu geografía
el sostén de la noche
y en ti bailan y beben
los amigos
de la bohemia poesía.

No permaneces quieto,
más bien,
agitándote
en el humo del alma
permaneces.
Latiendo en la boca,
en la boca negra y dulce
en la boca latiendo
con gusto a madera
permaneces.


Y en el instante en que llegas
en que llegas de la iglesia
vos y la botella
casados con un casi para siempre.
y en el instante
en que el metal y las manos
perforan tu corazón embriagado
y en instante
en que el dolor y la alegría
se deslizan por tu parto:
gota a gota
sales murmurando apenas.
Pero entonces el metal
las manos entonces,
os hacen cantar desordenadamente
y te ríes de todo
con tu risa de uva y agua,
porque ahora
todo tu dolor
tu alegría toda,
son el dulce y agrio eco
del vino en la copa derramado.
Son el eco del vino,
El eco cristalino que lava
tu sangre y tu sonrisa!

miércoles, 2 de enero de 2008

En silencio

Amada mía,
tal vez no escuches
que a diario vuela
desde mis labios

un ¡te amo!
como flor abierta
aromada por ese cariño indeleble
que rompe el silencio que se avecina
y creas distraida,

que es el viento que susurra
mientras se despeina...
Pero lo cierto es,
Reina mía,
que te amo
con el lenguaje más inefable
que rueda por el mundo
y con los latidos
más imperecederos que estremecen
hasta el fulgor de las estrellas
cuando caen
sobre el brillo de tus ojos
a la orilla del ¡te amo!
con el silencio dicho.

Quién diría?

Acaso alguna vez te imaginaste
cruzando el tiempo y las circunstancias,
resistiendo a la orilla de los días
o cerrando los ojos anclada al recuerdo
de mi voz llamándote
con la insistencia del océano
que se inmola en la roca,
una y otra vez
una y otra vez

hasta que llegabas
hecha beso apasionado?

Acaso alguna vez te viste
acariciada con tanta ternura
por las palabras que traspasaron

el papel extasiadamente maravillado
y fueron a anidar en tu oído
como bandadas salvajes
que migran siempre

hacia el mismo sitio
sin una razón comprensible?

Acaso pensé alguna vez
decirle obstinadamente a tu boca
que su mar contiene el agua de mis besos
y que tu geografía desbocada
era el único lugar del mundo
donde moriría contento

con tu nombre
arrancándose de mis labios?

Y sin embargo,

quién diría
que somos dos conjugando un verbo
que justifica que la vida sea vida
y que al vivirla contigo
el cielo se haga verdad
cada vez que te respiro.

El peso de los días

Tal vez
y sólo tal vez
cuando estamos cansados
y todo se llena de gris melancolía,

creemos que lo más fácil
es lo mejor,
pero cuando bebemos
del pozo de nuestro espíritu
y respiramos el azul profundo
del universo que nos contiene
volvemos a entender
que nunca lo mejor
es lo más fácil.