martes, 10 de agosto de 2010
El regreso
abrazado a ti
envuelto de ti
unido a ti
siendo parte de ti...
Oigo respirar tu amor
como un susurro
de aromático fuego
que me quema
y me refresca el alma
cuando regresas
de donde te has ido.
Abrazado a ti
hundido en ti,
repito mientras me duermo
que te amo desde que existo
y tú te duermes
mientras repites
un te amo
en forma de beso,
extenuada sobre mi pecho
arrojada por las aguas
del naufragio que es delirio.
viernes, 2 de julio de 2010
Cambio radical
miércoles, 30 de junio de 2010
La libertad
y el tiempo se anclará
en la proa de nuestros besos
que resisten con pasión,
la rutina que nos golpea.
Volverás como vuelven
esas aves majestuosas
que tiñen de blanco
el lago de tu risa
y la espesura de mis sueños,
con eterno y suave vuelo.
Volverás será entendido
y encontrarás más amor en mi alma
que en el traje del viento
todo el aroma que tiene la tierra.
Volverás,
así está escrito.
Y verás
mi corazón abierto
como una puerta que te espera
mi corazón abierto,
como una puerta que no se cierra..
sábado, 26 de junio de 2010
En estos días...
Las cosas pasan
como fantasmas por mi vista
cuando no está tu presencia
que llena de luz la existencia toda.
Errático por las horas
voy de un tiempo a otro sin consistencia
como un alma en pena
que apenas habita la vida
ajena
que sin ti tengo.
Qué falta me haces en estos días…
Digo en silencio tu nombre.
Repito con angustiada y febril energía
las cosas que hacíamos juntos
cuando tu amor me tumbaba
como un viento huracanado
haciéndome vivir una pasión,
que solo vi en historias ensoñadas
o cuando la espesura de tus sentimientos
me acariciaban el alma
hasta la embriaguez
y terminaba mi corazón
teniendo la forma de tus besos torrenciales.
Que falta me haces en estos días
cuando enferma y disminuida,
apareces de pronto
durmiendo entre mis brazos
y yo apenas doy el ancho
de la presencia que te sana,
porque las corrientes de la vida
me arrojan en una playa
que no da respiros
y que, sin embargo,
sin ti,
no tiene ningún sentido.
Amor mío…
¡Qué falta me haces en estos días!
domingo, 2 de mayo de 2010
Planeta Agua
siéntate con tus huestes arenosas
en mi volantín
Septiembre de papel.
Deja tu solemnidad en el membrete:
ahora decido tus olas,
si subes o bajas.
Espera mi orden de anclas y velas
mi pluma te dará nuevas gaviotas.
Sé que te has tragado a muchos
con tus montañas indomables
de tentáculos submarinos,
sin embargo,
llegó tu hora:
domesticaré tu cardumen
de oleajes y tempestades
con el uso hasta la saciedad
de la puntuación.
Dosificaré tu espuma sigilosa
con mi lectura tartamuda y arrugada.
Ahora yo propondré arrecifes
escucha bien mi sentencia
de peces, islas y archipiélagos.
con tus infantiles superficies deformes:
siente como acentúo tus naves,
como subrayo tus puertos
Con la magia de vocales y consonantes
henchidas de sal y arena.
...Rebelde,
rebelde juguetón,
sabes que no puedo contigo.
Nunca dominaré tu cabalgata de mareas,
embriagante es, sin embargo,
sentirte fluir
en estas sílabas arteriales.
de plantón y ciudades huracanadas.
vete ya!
ve a poblar tu Planeta Agua
con el total hemisferio de tus corrientes
descontroladas y voraces...
...Espera!
detén tu ola
quiero ir contigo:
me llaman mar
tengo besos que van y vienen
y amores que se agitan
y naufragan
del arrecife del olvido.
jueves, 18 de marzo de 2010
Oleaje
con la insistencia de la ola
golpeando una y otra vez
sobre la superficie de tu boca
esos besos que estallan primero
y luego se extienden
sobre las arenas del delirio…
La pertenencia
¿Por que la vida se empeña
en sacarnos pedazos del alma
que no cicatrizan nunca?
¿Por qué la pasión no se muere
de golpe y porrazo
en vez de agonizar
en la crueldad del día a día?
¿Por qué apagamos esos besos
que nos quemaban el alma
con ese goteo de labios
llenos de rutina?
¿Por qué te vas y no creo que me muero
aferrado al último de tus suspiros?
¿Por qué dejo que la urgencia y la agonía
me llenen de seguridades que adormecen
o de razones sin delirio?
¿Por qué nos herimos
si nos amamos tanto?
¿Por que nos matamos con palabras
en vez de sembrarnos con la mirada,
bandadas de alegrías?
¿Será porque sé que te tengo
y que tú me tienes también?
Sentencia
No repetiré sobre tus labios
esa dulce condena mía,
que a la distancia,
no hace más que quemar.
Ni tampoco atardeceré mi piel
sobre la dulce esencia que te contiene toda
sin dejar espacio
para cuando necesito olvidar.
No abrazaré con mi aliento
el fuego que arde en tu mirada
ni dejaré volar
las caricias que te buscan siempre…
Dejaré que el tiempo cumpla su estatura.
Dejaré que “algún día” se transforme en realidad.
Aguardaré un siglo en eterna vigía
hasta que sea en ti mi vida
y sea yo el río de tu felicidad.