Entre las nubes te veo, te muerdo, te anticipo, te beso, te desnudo: agitado como un agua de incansable movimiento voy revolviendo el aire que te toca como un tornado de iracundo espesor, aquí donde las estaciones se desatan con locura imprevisible.
En la orfebrería de la noche Vulcano golpea y golpea con apasionada dedicación sobre su yunque azulado una luna metálica, de plateada brillantez. Luego para templarla sobre el Lago Ranco la vierte con ceniciento esplendor, dejando una estela de plata que sus aguas encienden y encienden igual que tus ojos en los míos cuando te digo:
Maryorie te amo, con todo mi amor!
En la orfebrería de la noche: luna, brillo, espejo de agua: Dios!