viernes, 17 de abril de 2009

La musa fugitiva

El letargo de los días
que yacen tirados sobre mi cama
me adormecen...


Desesperado,
intento despertar de un mal sueño
que nunca acaba.

La desidia me mata
las ganas de escribirte que tengo,
ahogándome el deseo de tocarte de nuevo
aunque sea tangencialmente
con la metafórica parábola
que inunda mis besos

cuando recuerdan tu boca en la distancia...

Quisiera no recordarte,
borrarte definitivamente de mi vida
y no sentir esta ansiedad sofocante
de sentir cuánto te necesito...

¡¡Aléjate de mí para siempre,
pero guárdame en tu alma
como un eterno resplandor
de pasión a quemarropa…


o muérete conmigo
en el delirio de la expresión desatada!!



(…apareces de pronto como un tren con retraso
y no sé si tomarte o dejarte pasar definitivamente...)