miércoles, 16 de diciembre de 2009

Entre

Entre las nubes te veo,
te muerdo,
te anticipo,
te beso,
te desnudo:
agitado como un agua
de incansable movimiento
voy revolviendo el aire que te toca
como un tornado de iracundo espesor,
aquí
donde las estaciones se desatan

con locura imprevisible.

Espejo de agua

En la orfebrería de la noche
Vulcano golpea y golpea
con apasionada dedicación
sobre su yunque azulado
una luna metálica,
de plateada brillantez.
Luego para templarla
sobre el Lago Ranco la vierte
con ceniciento esplendor,
dejando una estela de plata
que sus aguas encienden y encienden
igual que tus ojos en los míos
cuando te digo:

Maryorie te amo,
con todo mi amor!

En la orfebrería de la noche:
luna,
brillo,
espejo de agua:

Dios!

jueves, 10 de diciembre de 2009

Unas ideas sobre el papel... Art

Tres letras conformando una palabra, tres nombres construyendo una historia: Marcos, Sergio e Iván. Tres vidas movidas por los avatares propios de cada día, donde los espacios para ser uno mismo y con los otros se vuelven más escasos y la rutina arrastra, como un río caudaloso, hasta las relaciones más nobles que conforman la existencia humana.
Art una palabra inconclusa, una palabra cuya escritura y pronunciación traen implícitos los anhelos de plenitud… Art…e. ¡ARTE! Así es la vida misma, un eterno afán de complementación y plenitud. Una búsqueda desesperada por ser, por trascender. Así la Historia del ser humano no es más que el permanente deseo por alcanzar tan natural estado de realización. Tanto de la Historia individual, como de la Colectiva. Esa que asumimos con nuestras debilidades y fortalezas y esa que construimos con la presencia y ayuda de los otros, tan frágiles y fuertes como nosotros mismos.
¿Qué parámetros del inconsciente y la objetividad a toda prueba de los que llamamos expertos, tildan de ARTE una obra en desmedro de otras? ¿Por qué, de una manera casi incomprensible, somos capaces de decir cuándo una obra de arte es ARTE…? Para nuestro gusto, no hay nada más subjetivo que el arte. Nada más indefinible. Y nuestro deseo de definición, no es sino, un síntoma inequívoco de un afán infructífero de manipulación y control, que muchas veces raya en la locura y en ese dogmatismo innato que llevamos como especie, desde los comienzos mismos de la Humanidad… El extremismo humano dirá entonces, ¡¡llamemos arte a TODO entonces!! Total no hay parámetros ni lineamientos… Otro absurdo que nos grafica en el libro de la vida… Ni lo uno ni lo otro. Ni la ambigüedad absoluta ni el dogmatismo recalcitrante… Entonces ¿qué? Lo mejor es que cada uno encuentre su propia explicación, mal que mal somos otros seres humanos, tratando de decir lo indecible… Como Iván, como Marcos, como Sergio… y como la mismísima Yazmina Reza.