miércoles, 12 de diciembre de 2007

El tiempo

Del tiempo nació la amargura,
velozmente la prisa.
Esperanzas comió la espera.
Alas de reloj
se precipitaron en silencio:
lloviendo horas
cayendo minutos.

Del tiempo vinieron los años
que arrugaron las miradas del amor
y las caricias encanecieron.
Del tiempo nacieron cadenas,
segundos que me encarcelaron,
inquietudes y quimeras
devoradas en las fauces
de un calendario sanguinario.

Y sin embargo,
así sabiéndote
sintiéndote así,
sin embargo...

Entonces:
sólo tú
sólo yo,
nosotros simplemente...
amén!

Tu nombre

Tu nombre es la puerta del cielo
cuando de par en par se abre,
el sabor del pan
tiene tu harina y tu siembra
y las flores brotan para ti
en tus gestos de primavera.

Nada tiene sentido
si no se conjuga en tu mirada:

¡Nada!

Tu boca amanece en besos
y la tierra socavó en tu perfume
el aroma de rocío y madreselva

que le nace con el alba.

La vida converge a ti
y en ti
el amor es una puerta
que tu nombre para mí
ha dejado entreabierta.

Los manantiales

Dos estrellados cielos tiene tu rostro
inmensamente transparentes,
profundos como todo el mar
con su cabellera de espuma
y cuerpo de caracolas.

Todo lo atrapan
tus chispeantes pupilas
como guantes de sal
con su invisible caricia.
Son como dos crepúsculos
encendidos con los primeros guiños
de nubes y estrellas.

Tus labios son dos arcoiris
sembrando sus colores al día.
Son la raza del copihue
y la tenacidad de la araucaria
con su forma de beso y palabra.

Amo tus ojos grandes
impregnados de sueños y amapolas
con su brillo siempre amable
tras tu campanada de pestañas.

Amo tus labios porque son
los confines espaciales de tu boca,
sé que allí nacen
miles de cometas
con su cola húmeda y encendida.

Amo tus ojos
porque de ellos
se alimenta la pureza:
ahora sé,
donde tienen su origen los manantiales.

Amo tus ojos y tus labios
grandes y toscos y simples
y los amo porque son
infinita y delicadamente tuyos...

Definitivamente

Definitivamente
yo no creo en el amor eterno
como una situación dada o establecida
fundada sobre la base
de un agua sin movimiento.
Nunca el océano es siempre el mismo
aún cuando nos parezca
tajante y absoluto,
pues detrás de la arena y la espuma

siempre hay un jirón de sal
nuevo e irreverente.
No es el amor
una posibilidad de no quedarnos solos
ni un ritual que mecánico
conserva la especie en el tiempo.
No es,
en el peor de los casos,
una jugada maestra
ni un poder consumado.
No es,
en última instancia,
un dictamen omnipotente
que juguetea con nuestras ilusiones.

Yo no creo en la vida
determinada y casual
como un juego de naipes
arrojados sobre la mesa del azar.
La vida,
es más que la necesidad
de aparearla a otra vida,
para por costumbre,
no arrugarnos sin compañía.
La vida para hacerla nuestra,
requiere implacable,
a diario de una proeza.

El amor para ser eterno
debe arder como la palabra fuego
y llenar como la palabra pan:
una
para mantenerlo siempre encendido
y otra,
para comerlo día tras día
con hambrienta pasión infinita...

Preguntas para Jesús

Jesús
me pregunto,
te pregunto Jesús:
quién te reconoce, quién
cuando vas por las calles hecho viento?
Cuando nos despiertas hecho sol.
Acaso te sienten en sus manos,
Caso en su risa.
Acaso, acaso quién,
quién acaso?

Y entonces pienso:

Cuando la carne se va
cuando nos deja la carne
los recuerdos como abejas
en panal se agitan
y recordamos sin recordar
siquiera.
Porque así como tocamos
así como hacemos silencio
así,
no descubrimos
el alma de lo palpado
y no oímos los latidos
subterráneos del silencio,
ni la melodía de la vida
que nos florece dentro,
¡ni esa melodía siquiera!.

Y me vuelvo a preguntar,
nuevamente te interrogo Jesús:
qué lejos estamos los muertos
de los muertos
y muerto,
qué lejos está esa palabra
de tu huella,
porque la verdad
la conzco y la siento...
Te das cuenta
qué lejos Jesús
qué lejos!

Planeta Agua

Ven acá, coloso rey de capa azul,
siéntate con tus huestes arenosas
en mi volantín Septiembre de papel.
Deja tu solemnidad en el membrete:
ahora yo decido tus olas,
si subes o bajas.
Espera mi orden de anclas y velas
mi pluma te dará nuevas gaviotas.
Sé que te has tragado a muchos
con tus montañas indomables
de tentáculos submarinos,
sin embargo,
llegó tu hora:
domesticaré tu cardumen
de oleajes y tempestades
con el uso hasta la saciedad
de la puntuación.
Dosificaré tu espuma sigilosa
con mi lectura tartamuda y arrugada.
Ahora yo propondré arrecifes
escucha bien mi sentencia
de peces, islas y archipiélagos.

Navegarás por estas estrofas
con tus infantiles superficies deformes:
siente como acentúo tus naves,
como subrayo tus puertos
Con la magia de vocales y consonantes
henchidas de sal y arena.


...Rebelde,
rebelde juguetón,
sabes que no puedo contigo.
Nunca dominaré tu cabalgata de mareas,
embriagante es, sin embargo,
sentirte fluir
en estas sílabas arteriales.
de planton y ciudades huracanadas.

Puedes irte,
vete ya!
ve a poblar tu Planeta Agua
con el total hemisferio de tus corrientes
descontroladas y voraces...

Me declaro perdido

Cuando extraviado observo
el rápido pulular de hombres:
sus pasos, sus pétalos, sus huellas.
Cuando perplejo escucho,
el inagotable fluir de olas,
olas que revientan lágrimas con puntas,
olas que no detienen
su agónica canción punzante.

Cuando el proceso del tiempo
es tormenta ante mis ojos.
Cuando el tiempo gotea su ácido
su hirviente ácido sobre mis manos,
dejándome solo escombros,
sólo escamas, sólo gusanos.
Dejándome solo,
sólo dejándome solo!

Y me averiguo entonces.
Y me acuso y me socavo,
y entonces me pregunto:

Será el tiempo una estación rota
que sangra su savia a la vida?
O será un hueco en el aire
por donde llora la esperanza perdida?

Y es que el tiempo, el tiempo dormido.
La veta de silencio, la quietud expectante.
El reposos intranquilo, la voz muerta.
La peluca de azar, el horizonte.

Y es que el tiempo, el tiempo ido.
El amarillo, el cansado y arrugado tiempo:
con su altura y con su sima
con su pozo profundo e insondable,
con su pozo profundo y negro,
profundo y profundo tiempo que se va
que no queda,
que no queda
sino el olvido...

Y me insiste y me repite
su campanada desolada y tristemente:
cada vez me cala más hondo
cada vez me roe más agudo, más letal:
las conquistas
y los amores.
Y debo levantarme
soy eterno guerrero que en puntillas
sobre tu mirada se levanta:
para invocar aromas
para seducir olvidos.


Tiempo, inmaculado tiempo.
Tiempo de picota y cuchillo.
Tiempo amargo
de las horas de mi sufrimiento.
tiempo que ya no alcanzo
tiempo que no detengo:
tiempo y tiempo y tiempo,
Al fin solo,
sólo el tiempo...triunfa!