martes, 25 de agosto de 2009

El regalo

Cuántas veces he intentado resolver el misterioso enigma que la vida me plantea…

Desde que somos uno, vivo pensando por qué la vida se empeña en darme lo que creo con certeza, apenas, apenas me merezco: tu voz infinitamente tierna o tus besos perfectamente claros, que inundan mi alma como una bandada que desordena el horizonte, como una bocanada de aire que me llena el alma antes de sumergirme en la vida y librar otra batalla…
Por qué la vida me ofrenda tu cuerpo dormido, arrojado como una ola sobre la playa de nuestras pasiones y abrazado a ti, despierto como un milagro, aferrado a la esperanza… Cuántas veces la vida se me regala a manos llenas cuando te veo llegar hasta mis ojos y contemplo absorto la maravilla de tu ser contenido, en ese cuerpo que brindó para mí, dos hermosos amaneceres, que han repletado con el tiempo, el pequeño espacio que respiro.
Cuándo sabré que sortilegios nos hicieron de la misma materia: porque digo ¡te amo! y tú lo transformas en un nuevo sol cada mañana. Porque dices ¡te amo! y mi mano planea en los bordes de tu piel sosteniéndote entre suspiros…

Condenado estoy, debo resignarme, ha intentar resolver este misterioso enigma que la vida me ofrece, como un regalo eterno que me llena y me desborda.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Tragaluz

Mis manos amor,
mis manos.

Amor, la soledad.
Infinitamente solo,
eternamente triste.

Mis besos amor,
mis besos,
son ellos mis golondrinas,
en bandadas que te van,

que te quedan
que te abren
de implacable
arrebato y ternura perpetua,

ese río de amor
que riega cada día
los campos resecos de mi alma.

Yo quiero poblarte,
hacerte puerto perenne,
donde todo yo:
vaya y quede y esté
vaya y vaya,

sintiendo una y otra vez
la certeza que me invade todo
y repica como una campana de dicha:

"tú, eres el principio del final
donde convergen con insistencia
la pasión de mis olas".

Soy viento errante
cuando me desato,
Amor,
por tus estaciones

y desordeno con mi traje transparente
cada una de tus geografías...

Pero, Amor,
quiero que sepas que no sólo

voy y vuelvo,

sino que te permanezco años
y te socavo aromas
de doradas ensoñaciones.
Recorro tus ansias,
habito tus aguas:
sí,
las habito!
como el arcoiris
habita
en el tragaluz de tu alma.