sábado, 26 de junio de 2010

En estos días...

Qué falta me haces en estos días…

Las cosas pasan
como fantasmas por mi vista
cuando no está tu presencia
que llena de luz la existencia toda.
Errático por las horas
voy de un tiempo a otro sin consistencia
como un alma en pena
que apenas habita la vida
ajena
que sin ti tengo.

Qué falta me haces en estos días…

Digo en silencio tu nombre.
Repito con angustiada y febril energía
las cosas que hacíamos juntos
cuando tu amor me tumbaba
como un viento huracanado
haciéndome vivir una pasión,
que solo vi en historias ensoñadas
o cuando la espesura de tus sentimientos
me acariciaban el alma
hasta la embriaguez
y terminaba mi corazón
teniendo la forma de tus besos torrenciales.

Que falta me haces en estos días
cuando enferma y disminuida,
apareces de pronto
durmiendo entre mis brazos
y yo apenas doy el ancho
de la presencia que te sana,
porque las corrientes de la vida
me arrojan en una playa
que no da respiros
y que, sin embargo,
sin ti,
no tiene ningún sentido.

Amor mío…
¡Qué falta me haces en estos días!