Segunda parte: “De la mujer y otras cuestiones”.
Hace
rato que lo pienso.
Lo
vengo diciendo hace rato.
…Es
más, creo que desde hace décadas que lo vengo sintiendo:
Definitivamente
las mujeres son perfectas…
Nunca
pensé que la frase “echando a perder se aprende” también se aplicaría a Dios.
Pero así es. No podemos negarlo… Lo que comenzó como un boceto con el hombre,
terminó como una obra de arte con la mujer.
Si
lo vemos en perspectiva, las estructuras circulares y compactas de las mujeres
son tan abrumadoras que es inapelable su condición divina, grabadas a fuego en
la esencia masculina, tras ellas han caído imperios y hemos perdido edenes por
esas redondeces…
Dotadas
desde su concepción para resistir el dolor a quemarropa, nos demuestran en el
parto que nuestras sensaciones de dolor son pueriles. Muy alejadas del
dramatismo que creemos. ¡¡¡Irrisoriamente alejadas!!!
Ellas
cargan a nuestros hijos -que debiéramos cargar nosotros también- desde el
vientre hasta la tumba. Los alimentan con y desde sus entrañas. Viven y son
capaces de morir por ellos. Están allí, cuando nosotros deberíamos estar, en lo
sublime y lo cotidiano.
...Asumámoslo con honestidad, impregnadas de una sensibilidad exquisita han sido capaces de pelear durante siglos contra el machismo empedernido que ha hecho girar al mundo y cada espacio que han conquistado les pertenece sin apelaciones. No les hemos regalado NADA y lo han conquistado TODO.
Generalmente
más fieles que nosotros nos dan cátedra de lealtad desmesurada. Pues tienen
claras sus prioridades en la vida y no andan malgastando el tiempo con cosas
intrascendentes...
...La pregunta es -sin son más claras, más lúcidas y más aguerridas- si la continuación de la vida podría depender solo de ellas...
¿Por qué nos siguen amando?
2 comentarios:
Que bello ...
hermosas palabras se nota que te salen del alma ...
cariños
Gracias Katherine...No puede ser más certera tu afirmación!
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